En los recuerdos de Facebook hoy me ha salido un recuerdo entrañable y bonito, de esos que significan más que unas flores en una sepultura.
Hace siete años que llevamos a mi padre a ver el Metropolitano. Su sonrisa de oreja a oreja y sus ojillos, lo decían todo.
Disfrutó como el niño en qué vamos volviendo a ser cuando nos hacemos muy mayores.
He recordado la primera vez que me cogió de la mano y me llevó al Calderón. Pero sobre todo como le cogí de la mano la última vez que estuvo viendo a "nuestro Atleti".
Sabes Papá? Seguimos jugando tan mal, o peor. Imagino que lo verás desde el tercer anfiteatro.
Un beso al cielo para ti y para mamá, que seguro que te sigue echando la bronca porque solo ves fútbol, jajajaja.