martes, 31 de diciembre de 2024

A POR 2025

 

Que el fin del mundo te pille bailando, que canta el maestro Sabina.

Pues que mejor manera de despedir el año que escribiendo ¿verdad?

Llevaba unos años en que hacer balance del año me resultaba aburrido y preparar propósitos para el siguiente me resultaba osado. Este año ha sido un poco así, de esos que no esperas nada y el resumen es que ha sido un año muy “vivido”.

Lo más importante en nuestra vida va encaminando su vida, con proyectos bonitos y viviendo esa vida  que hace un año no esperaba. A veces, las cosas llegan cuando tienen que llegar y sin buscarlas. Para nosotros supone felicidad verle tan feliz, y también un poco de tristeza en el sentido de verle crecer, madurar y separarse para formar su vida.



Hemos vuelto a viajar, probablemente haya sido una cosa importante en este año, no por lo que aporta viajar, que aporta mucho, sino porque nos ha hecho aprender a vivir la enfermedad con naturalidad. Muchas veces los límites los ponemos nosotros mismos, pensando en lo que se puede o no hacer y, si hemos descubierto algo en 2024, es que se pueden hacer muchas cosas, aunque sea de una manera diferente. La vida en pareja tiene eso, que si llegan momentos en que uno no puede, tiene que haber uno que pueda por los dos.



Tenemos otra “niña” más, una rubia peligrosa. En la cama empezamos a estar apretaditos, jajajajaj. Supone más trabajo y más gasto, pero sobre todo supone tener el corazón mucho más lleno del amor más puro e incondicional que hay. Zyra y Sol, Sol y Zyra, preciosas y felices, y nosotros preciosos ya éramos, y ahora un poco más felices.



Si en los años anteriores he descubierto algo importante es con quién sí y con quién no, con quién se puede o no se puede contar, aunque al final terminas haciendo el gilipollas de vez en cuando. Este año también ha sido bueno en ese sentido y, sobre todo, hemos conocido a gente nueva que merece la pena tener en nuestra vida. Amigos, esa familia que tú eliges. Gracias por formar parte de nuestra vida este año y hacerla un poquito mejor.



Otro capítulo llamativo del año han sido los musicales. Para quien ya me conoce le resultará llamativo porque las películas musicales me han dado siempre un poco de urticaria. Soy de los que dicen que si se puede decir hablando para que leches se ponen a cantar. Hemos visto cuatro musicales, cada uno en su estilo, Mamma Mía, Mil Campanas, Grease y Salta conmigo. Y lo cierto es que los he disfrutado mucho. Mención especial al enorme talento que hay en este país y, que como siempre pasa, terminan siendo desconocidos, mientras que petardos “juntaletras” con un marketing bestial los convertimos en “fenómenos musicales”. He llegado a salir ronco de cantar, así que perfecto. Además, ver a Paloma disfrutar de las cosas que la gustan, me hace muy feliz.



Muy importante este año el trabajo. Ver crecer a los chicos, ayudarles a alcanzar metas y sueños es algo precioso. Quién me iba a decir a mí hace 15 años que me iba a sentir tan satisfecho y orgulloso de lo que hago y cómo lo hago. A veces ser distinto, cambiar radicalmente tu vida, te hace preguntarte si merece la pena lo que haces y, según pasa el tiempo, te das cuenta que claro que merece la pena. Ser feliz con lo que haces, en eso se basa todo.



En cuanto al nuevo año, al de la rima fácil. Pues poco que añadir, seguir en la misma línea. Este año sí que vamos a terminar el año con algo rojo, jajajajaja. Con proyectos e ilusiones, y afrontando cada día al máximo. La vida son dos días y ya empieza uno a darse cuenta que lleva uno y medio, pero que el medio que queda hay que intentar hacerlo maravilloso. Hay que hacer lo posible para ser felices, aunque a veces cueste. Porque tengo cada día más claro que la felicidad es contagiosa.



De todo corazón, que el año próximo te traiga osadía para hacer posibles tus ilusiones y amigos con quien compartirlas.

Feliz Año 2025

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