Aunque, al menos de momento
comparta los enlaces, he sacado mis reflexiones lejos del ruido, la indudable
falta de reflexión y la inmediatez de las redes sociales.
Algunos, aquellos que se queden
solo con la perspectiva de ese que han leído por Facebook, y que siempre anda
metido en todos los “fregaos”, a lo mejor se sorprenden. Pero como dice el
título de esta entrada, a veces entre lo que pienso, y lo que al final
entienden otras personas, hay muchas interpretaciones, y me gustaría alejar mis
publicaciones del ruido, de lo que piensan unos, de lo que dicen otros, de
aprovechando que “el Pisuerga pasa por Valladolid” hablar de lo suyo, porque
tengo la sensación de que muchas veces las personas no tienen Facebook u otras
redes sociales para leer y socializar, lo tienen para contestar y vomitar sus
opiniones.
Así me encuentro a veces, con que hago una publicación y va a parar donde no habría sospechado nunca, rebotando entre sabios y ofendiditos de la vida. No sé cuando, en un mensaje de estos virales había una reflexión:
"Twitter te hace pensar que eres sabio. Instagram que eres fotógrafo. Y Facebook que tienes amigos. El despertar va a ser duro"
Entono el mea culpa, porque formo
parte de todo este berenjenal, pero llega un momento en que hay que parar,
reflexionar y darse cuenta de lo que uno hace aquí. Que a veces resulta
incómodo y deja de ser divertido.
De aquella persona, que empezó a
pulular por las redes hace ya muchos años, a quien le gustaba sobre todo
escribir y veía en las redes una forma de interactuar con las personas siempre
buscando la concordia, la colaboración, la empatía, la generosidad y las risas,
cada vez va quedando menos.
Podría echar la culpa al
empedrado, pero creo que cada uno, al final, es responsable de lo que escribe y
del volumen de lo que escribe, no puedo ponerme al mismo nivel que otros a
quienes critico, no me reconozco.
Gilipollas ha habido toda la vida
y como los buenos toreros hay que saber parar, templar y mandar.
Quizá, como todo en la vida, esta
parte sea un aprendizaje, y me sirva para conocerme mejor y sobre todo ir conociendo
el perfil de aquellos con quienes interactúo y saber con quién sí y con quién
ni de coña.
Eso no quiere decir que deje de
hacer críticas sobre lo que me rodea, sobre las cosas que veo mal en mi pueblo,
sobre la política municipal o nacional, pero hay muchos pensamientos huérfanos
que quiero compartir, y que últimamente tenía abandonados en un rincón.
Eso sí, aquellos a quienes no les
gustan mis ladrillos, lo siento mucho por ellos.
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