lunes, 1 de abril de 2024

¡MAMMA MIA!

 


He de reconocer que a veces programas la Semana Santa y luego todo sale…, como tiene que salir.

De primeras, y como reflexión personal, me ha pasado esta Semana Santa como con los géneros sexuales. Antes había dos, ahora me he perdido. Que no digo que sea mala la variedad en su conjunto, pero uno ya va teniendo una edad, y hay cosas que se me van haciendo raras de ver.

Cómo consideración previa, y luego me metes en el grupo que quieras, debo decir que veo las procesiones como algo basado en la religiosidad natural. El procesionar una imagen por la calle como la solución a los problemas, no resulta racional, bajo mi punto de vista, aunque ya sabemos que las cosas de fe y razón, a veces, no van muy unidas. Pero que bueno, como folklore y cultura y tradición, no me disgusta verlo. Creo que no hace daño a nadie.

Antes había quienes celebraban la Semana Santa como algo religioso y otros que no creían y lo celebraban disfrutando de unos días de vacaciones, todo dentro de un respeto, y a veces entremezclado. Ahora a estos dos grupos, se les han unido otros, que precisamente, no se hacen notar precisamente por su respeto. Yo entre los nuevos y más sobresalientes veo a los “haters” que piensan que, por el mero hecho de no ser creyentes, ganan adeptos con memes, y luego se sienten muy ofendidos cuando alguien les contesta, porque claro es su opinión, y la suya, por supuestos hay que respetarla. Es un poco, salvando la distancia, como lo del “caranchoa”.



Por otro lado, están los “followers”, esos que ni viven semana santa cristiana ni nada parecido, todo postureo, solo les interesan las fotos, porque en algunos lugares y entre alguna gente, se ha puesto de moda pertenecer a una hermandad. Vamos que para algunos las procesiones de semana santa son como hacerle una foto a la paella que te has comido con tus vecinos el domingo. Eso sí, si no eres de su cofradía, poco más o menos que eres un ateo y te amenazan con el infierno. Luego hay otra subvariedad dentro de estos últimos, la de los "políticos", que ponen casi más fotos que los followers, mucho postureo y poco sentimiento, hasta se ponen tristes si llueve e intentan hacernos ver una empatía de la que carecen, pero bueno hay que ganarse el voto. 

Yo voy con mi Semana Santa, que es la que conozco.

Había programado salir estos días a Cáceres, retomando esa costumbre, que desde el comienzo de la enfermedad de Paloma habíamos perdido. Ya no podemos hacer esos viajes relámpagos que nos permitíamos de algo que estuviera a 300 km a la redonda, de ir y volver en el día, así que lo había programado tranquilo, buscando alojamiento y para ver las cosas despacio. En vista del mal tiempo, cancelamos, visitar las cosas lloviendo y con perro, es una aventura más que un viaje.



Así que, aparte de dormir de más, comer de más y ver series de más, la semana santa estaba programada para ser tranquila.


Cómo coincidía con el cumpleaños de Paloma, el chico nos regaló un musical. Aquellos que me conocen, saben lo que me rechinan las películas musicales, porque siempre he considerado eso de: Para qué se ponen a cantar cuando se lo podían decir hablando, jajajajaj. O sea, que en directo no había ido nunca.


Y lo cierto es que terminé el musical cantando y bailando, no fue difícil. El ambiente fantástico, todo muy bien cuidado y voces de esas que enamoran, mención especial para @veronicaronda en el papel de Donna. Uno se pregunta viendo estos trabajos por qué el poco reconocimiento que tienen personas que a diario se meten entre pecho y espalda dos funciones de casi tres horas, cantando y bailando, y el gran reconocimiento que se llevan algunos por hacer que cantan, pero así es la vida y yo no voy a cambiarlo ahora.




Muy recomendable para quien quiera pasar un rato divertido. Os juro que ya llovía antes de ponerme a cantar, que fue el sábado, que después de cantar en aquellas navidades y que luego viniera Filomena, me queréis cargar siempre a mí con la responsabilidad del mal tiempo.



Después una cena tranquila, recoger a la peque que disfrutó de una noche con su chache y volver al domingo, día previo al lunes y a la triste realidad que no es más que otra verdad constatada: Estoy muy oxidado, jajajajaj, pero eso ya es otra historia






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