lunes, 5 de mayo de 2025

APAGÓN, OTRA MÁS

 


A modo de guasa, que de eso en este bendito país nos sobra, comentaba con un amigo que nos faltan extraterrestres o zombis para completar las cosas extrañas que nos ha tocado vivir estos últimos años.




Lo más curioso de todo es que van pasando las cosas y no es responsable nadie, porque aquí lo que importa es el relato. Ahora salimos y decimos que el responsable es el “lucero del alba” y todos nuestros políticos, como si fuera una danza coordinada, salen a contarnos el mismo relato.

Es cierto que nuestros políticos son “relativamente” responsables en las tragedias y desgracias, probablemente que algunos de los acontecimientos “históricos” que por desgracia vivimos no son evitables, un volcán, una Dana o la madre de todas las nevadas, son fenómenos que somos incapaces de evitar.


Lo importante no es lo que ocurre durante, es el antes y el después. Clavárnosla, nos la van a clavar pero, es importante en ciertas cosas,  los “preliminares” y el “cariño” con que nos abracen después.



A nuestra clase política solo le importa su sueldo. Nadie reconoce sus errores y, unos y otros, se dedican a echarse mierda, para tapar sus propios fallos. Solo hay que ver la gestión de la Dana, nadie, absolutamente nadie, se ha hecho responsable de la muerte de doscientas y pico personas. Un proyecto en el cajón sin ejecutar y dos velitas a la virgen, ¿Qué puede salir mal? Yo no aviso, tu no alertas, el se va de comida, nosotros a ayudar, vosotros a sufrirlo y ellos, a si quieren ayuda que la pidan. Concluyendo, todos siguen en su puesto.

Esta conjugación del verbo desgracias, es casi siempre igual. Aun, recuerdo que cuando llegó Filomena, a la alcaldesa de mi pueblo se la “olvidó” comprar sal, o hablar con los agricultores para que salieran con los tractores a limpiar las calles. La conclusión para el pueblo fue de una semana incomunicados hasta que vino la UME. Pero en el estudio del “comité de expertos” concluyeron que había nevado mucho y se comprometieron a preparar un plan de contingencia para estar preparados, pues han pasado cuatro años y no ha habido tiempo. Si viene otra Filomena nos pillará con los calzones bajados, como siempre.



Con el apagón de hace una semana, nos va a ocurrir igual. No importa llegar a la certeza de lo que ha ocurrido, no sea que la apuesta por las renovables vaya a estar mal dimensionada, o nos diga que las nucleares son necesarias, o que el dineral que gana en vez de repartirlo hay que invertirlo en infraestructuras. Van a preparar un Plan de contingencias, que supondrá mucha pasta en papel, pero sin ejecutar. Nos engañaran en las conclusiones para ajustarlas a su relato y no dimitirá nadie. Pero, en qué cabeza cabe que vaya a dimitir una señora que gana 1500€ al día y que lo más parecido a un watio que había visto fue en secundaria. Porque otra conclusión que podemos sacar de todas las desgracias es que aquí vale un abogado para un puesto de un técnico. Siempre que sea de la cuerda que toque.

Eso sí, tiene que ser espabilado, que en lo que todos vemos desgracias, algunos ven oportunidades, unos mueren y están encerrados por el COVID y otros venden mascarillas o colocan a sus “sobrinas” y, no pasa nada. Historias de Bulos y Fango.



El después suele ser siempre el mismo, el pueblo salvando al pueblo, y las ayudas que tienen que llegar se pierden por el camino, véase por ejemplo a los del Terremoto de Lorca, o a los del Volcán de La Palma, aún algunos en barracones

Por eso, viendo que alguna cosa rara nos queda por venir, o a lo mejor ya están aquí y votan. Vosotros, ¿qué plan de contingencia tenéis preparado para los extraterrestres o los zombis?




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