WHAT THE FUCK!!!
¿ME ESTOY VOLVIENDO UN FACHA?
Hace unos días, un periodista de
estos que yo califico de opinadores y, que ciertos paisanos, califican como un
periodista independiente, decía que aquellos que no vemos normal que en el
Congreso de los Diputados se pueda hablar en otros idiomas, somos unos “fachas”.
Para mí, los distintos idiomas
sirven para comunicarnos y considero absurdo, además de un gasto de tres pares
de cojones que, hablando un mismo idioma, tengan que poner traductores. Porque
no solo es eso, es que aquellos que vean un debate por televisión o lo escuchen
por radio, del resto de españolitos de a pie, no nos vamos a enterar de nada.
Generando más desafección de los ciudadanos.
Si yo sé hablar inglés, y un
alemán sabe hablar inglés, cuando nos encontremos tomando unas cervezas en la
playa, si nos queremos comunicar y descubrimos que hay un idioma común, lo
lógico será que hablemos en él. Lo ilógico es buscar un traductor y pagarle la
cerveza.
Hay muchos melones que se están
abriendo en aras del “progresismo de pastel”, del postureo, de la foto y del
voto. Porque solo es por eso, mercadeo y postureo.
Hace muchos años que algunos
pensamos que nuestra Constitución necesita un repaso, que hay ciertas cosas que
se hicieron deprisa y corriendo por evitar los “ruidos a sables” y a que los
españoles pidieran algo más, y no se conformaran con el mal menor, que es lo
que ocurrió en el 78.
El llamado Estado autonómico, ese
híbrido entre estado centralizado y estado federal, no es nada más que un reino
de taifas para ahondar en desigualdades en vez de potenciar lo que nos une, con
regiones a las, que ir por ejemplo, en tren es una aventura.
Deberíamos desarrollar esos
títulos de la Constitución que nos hablan de Sanidad o Educación Universal para
tener una Sanidad y educación pública y estatal, centralizada, que garantice que
es igual para todos.
Cosas incomprensibles, como que
un diputado de Euskadi lo den 121000 personas y para un diputado en Madrid
tengan que ser 180000 personas. Mira que le tengo asco a la famosa ley de Hondt,
pero los españoles hemos rizado el rizo, eso de un hombre, un voto, pues
depende de donde estés empadronado.
O que sería bueno que los
españoles decidiéramos quien queremos que sea nuestro presidente en una segunda
vuelta como en Francia y no tener que estar pendiente del mercadeo y de que
unos pocos votos tengan secuestrada la opinión cambiante de ciertos políticos,
al más puro estilo Marxista, pero de Groucho: “estos son mis principios, si no
le gustan tengo otros”, pero siempre revistiéndolo de “progresismo”. La
despolitización, modernización e independencia de la Justicia, real y efectiva.
El papel de la Corona, el cumplimiento de los programas electorales bajo pena
de cárcel, porque se está engañando a las personas que han votado, o un largo
etc.
Son cosas que hay que plantear y
decidir todos los españoles, no los políticos de turno y sus ansias por
gobernar a cualquier precio. Lo del idioma no es una necesidad, pero sí una
concesión. Indultos o referéndums, no se plantean como algo que sea importante
dentro de un estado de derecho, se plantea como concesiones a cambio de votos.
Lo cierto que, de este país
ilusionado, tolerante, igualitario, comprensivo, disconforme, luchador, unido,
progresista y demócrata, que un día soñamos muchos, cada vez estamos más lejos.
En fin, que voy añadiendo calificativos a mi curriculum. Por ser hombre ya, con la ley en la mano, soy machista. Por ser blanco, soy racista. Por vivir en un país europeo, soy xenófobo. Por ser heterosexual, soy homófobo y no sé cuantos "fobos" más, que la lista es larga. Ahora resulta que soy facha por querer que los diputados hablen en un idioma común a todos.
Menos mal que tengo a esos
periodistas “independientes” que me ayudan a descubrir como soy, si no fuera
así, no sé qué iba a ser mí, ni del mundo que me soporta.
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