lunes, 18 de septiembre de 2023

EL ÚLTIMO DE LA CUADRILLA

 


Los más jóvenes no tendrán mucha idea de que chatear se decía cuando nuestros padres salían a tomar vinos y cañas.

Recuerdo con mucho cariño a la cuadrilla de mi padre: A Pascual, a Martín, a Diego, a Perico, a Paco, al Bayonero y a Francisco. Raro era el domingo en que no se juntaban a tomarse sus vinitos, a comentar su semana, a echarse unas risas o a arreglar el país.

Yo que era un crío a veces me pasaba por “Casa el Tío Puntilla” y me los encontraba ahí. Luego lo hacían extensivo y después de comer, coincidían viendo al Ciempozuelos si jugaba en casa, detrás de una de las porterías.

Lo cierto es que no eran nada más que una cuadrilla de amigos contándose sus cosas, casi todos eran chóferes, y no les hacía falta quedar por whatsapp para verse, siempre se encontraban. Hacían su ronda, unas veces más corta y otras más larga. Recuerdo el bar de Morita, el Berrocal que luego fue Chasquina y luego el de Rafita y Pili, el Paraiso, la Fonda, el Curro, Bautista, El Barato, donde Leal, el Pingüino, el Bar Madrid o donde Martín.

Ayer estuve despidiéndome de Francisco, era el último que quedaba ya de esa generación. Mis recuerdos de crío también eran especiales con él. Habíamos sido vecinos. Con Jesús y Perfe habíamos jugado en aquel callejón que nos parecía tan grande, a las chapas, al futbol, a las bolas, al escondite, al pilla pilla, o a subirnos al carromato de Perfecto. Juana Mari, amiga de mi hermana. Tardes de cumpleaños y regañinas que nos echaban las madres cuando nos saltábamos la tapia de la huerta si se nos caía el balón, con la típica frase de cuando venga tu padre verás. Son muchos recuerdos que rememoras en momentos así, momentos entrañables, con personas a quienes aprecias y quieres. Con quienes te sigues parando por la calle y charlando con ellos.

Se ha ido el último de ellos, si existe un cielo allí le esperarían ayer sus amigos para echarse unos vinos y mirarnos desde allí.

Un beso muy grande al cielo para todos ellos, y para nosotros, pensar que mientras los recordemos, siempre van a estar presentes entre nosotros.

Gracias por tu vida Francisco

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